¡Hola a todas!
Lo primero, como siempre, disculparme por subir tan pocos posts. Y lo segundo, agradecer que a pesar de eso, mucha gente sigue entrando y dejándome comentarios y cada vez somos más en Facebook. Así que muchas gracias a toda la gente que sigue por aquí y a todas las que habéis llegado hace poco. Podría prometer que voy a subir posts más a menudo pero conociéndome es probable que no vaya a cumplirlo, así que prefiero no mentir 🙂
Dicho esto, hoy os traigo el que creo que es el post más importante de todo el blog. La madre de todos los posts. ¿Cómo saber si el sujetador que llevo es la talla adecuada? Siempre os digo que lo mejor es probar, probar y probar. Que las calculadoras sirven de guía pero siempre tenemos que probar y comprobar qué talla nos queda bien porque cada marca, cada modelo y cada pecho es un mundo.
¿Alguna vez alguien os ha explicado cómo tiene que queda el sujetador? Puede parecer algo muy sencillo, pero realmente no lo es. No vale con que nos recoja el pecho y ya está. Hay varios puntos básicos que tienen que cumplirse y, creedme, no todo el mundo los conoce. Nos fiamos de las recomendaciones de las dependientas de las tiendas (que muchas veces no tienen idea de lo que están hablando) o de los cálculos de talla de ciertas calculadoras y nos compramos sujetadores que no nos van bien. Y así nos sentimos súper incómodas con el sujetador sin saber por qué, o pero aún, pensando que es culpa nuestra o de nuestro pecho que es raro y no se adapta a ningún sujetador. La mayoría de estos problemas se solucionan con un sujetador bien tallado, así que es básico determinar los puntos que nos indican si lo que llevamos es de nuestra talla o cómo nos debe de quedar. No nos enrollemos más, que este post va a ser muy largo. Os dejo un montón de letra para explicarlo todo bien, y en el próximo post intentaré poneros unas fotos que veáis más fácil lo que está bien y lo que están mal.
1. EL CONTORNO
Generalmente, subestimamos la importancia de llevar la talla de contorno correcta. Y generalmente, la gente lleva varias tallas de contorno más de la que necesitan. Esta talla, como ya sabréis, la indica la parte numérica del tallaje: 90B, 95F, 85D, etc. El contorno es tan importante que es lo que da la sujeción a nuestro pecho. Se dice que el contorno tiene que sujetar el 80% del peso del pecho y los tirantes solo el 20% restante. Pensad en el sujetador como un pantalón que se sujeta con un cinturón y no con tirantes. Estas son las claves:
– La banda del sujetador nos tiene que quedar apretada. Pensad que cuanto más apretado, más nos sujeta nuestro cinturón; sin ahogarnos pero sin que se nos caigan los pantalones. Se dice que debemos de meter dos dedos entre la banda y la espalda y poder moverlos, pero no más que eso. Si coges los corchetes de tu sujetador, los estiras y el hueco que te queda entre ellos y tu espalda es más de 5 centímetros, el contorno te queda grande. Puedes hacer la prueba sobre la marcha: pellizca la zona de los corchetes para hacer la banda más corta y verás todo lo que te sobra, y cómo te sientes más sujeta. He visto (y he llevado) sujetadores que podría desabrochar y atar con un nudo como si fuera un bikini de todo lo que sobraba en el contorno. ¿A que los bikinis sí que los atáis apretando todo lo que podéis? Pues con el sujetador, lo mismo.
– Los corchetes. ¿Por qué los sujetadores traen normalmente 3 columnas de corchetes? ¿En cuál nos lo abrochamos? La mayoría de la gente cree que es para adaptarlos a diferentes tallas de espalda. He leído algunos sitios recomendando que siempre se abroche en el del medio (aunque no decían por qué, porque no hay explicación posible que le de sentido a eso). Cuando te compras o pruebas un sujetador nuevo abróchalo siempre en el primer corchete, el que hace que la banda sea más ancha. El apretamiento del que hablaba en el párrafo anterior, hay que medirlo siempre con el sujetador en el corchete más flojo. ¿Por qué? Pues porque así nos garantizamos la durabilidad del sujetador. Como sabréis, según va pasando el tiempo y se van gastando, los sujetadores pierden elasticidad y sujetan menos. Si te compras un sujetador que te queda apretado (o sea, bien) en el último corchete, a medida que el sujetador se va dando de sí puedes moverte al corchete del medio para recuperar sujeción y luego al último. Cuando ya te quede suelto en el último, es hora de tirarlo. Si te lo compras que te quede bien abrochado en el corchete más corto, como hace mucha gente, en cuanto se dé un poco de sí ya no podrás sacarle más provecho.
– Si llevamos la talla correcta, la banda siempre nos quedará paralela al suelo, desde un aro hasta el otro. Es demasiado común ver bandas de sujetador que tiran hacia arriba y la parte central (la de los corchetes) queda mucho más elevada que la base de los aros. Esto es porque nos queda grande. Una banda de talla correcta está apretada y no se mueve de su sitio. La banda tiende a subir por el peso del pecho, que tira del sujetador hacia el suelo, y al estar atado por el contorno, la parte de delante se va hacia el suelo y la de atrás hacia el cuello, como una balanza. Con una banda lo suficientemente apretada, primero, el peso del pecho se distribuye mejor por toda la estructura del sujetador y lo ejercer tanta fuerza, y segundo, la poca fuerza que ejerce no le gana el pulso a la banda porque está apuntalada en nuestra espalda.
2. LOS TIRANTES
Sabiendo cómo tenemos que llevar la banda, ya nos imaginamos lo que pasa con los tirantes, ¿no?. Los tirantes aguantan nada más que el 20% del peso del pecho. Si no fuera así, ¿cómo es posible que se puedan llevar sujetadores sin tirantes? Olvidaos de apretar los tirantes como locas para intentar subir el pecho. Olvidaos, no funciona así. Si apretáis y la banda no es de vuestra talla, la banda subirá y el pecho bajará, como os expliqué arriba. Si apretáis y la banda es de vuestra talla, sólo conseguiréis haceros molestias en los hombros. Los tirantes ayudan más a terminar de darle la forma adecuada al pecho, que a sujetar.
– Los tirantes tienen que estar ajustados, sin apretar. Que no se nos claven en los hombros ni se nos caigan de ellos. Así de simple. Sobre todo, no carguemos el peso del pecho sobre los tirantes. Que esté apretados, pero podamos mover un dedo cómodamente por debajo.
3. LAS COPAS
Ay las copas… Si la banda generalmente la llevamos grande, las copas generalmente las llevamos pequeñas. La copa, como ya sabréis, es esa letra que aparece en la tallas 90D, 95F, 85B, y que en España, directamente, hacemos desaparecer. Aquí llevamos “la 90”, “la 95” o “la 100”, y nos quedamos tan anchas.
La copa tiene que recogernos el pecho y darle forma. Recogerlo todo, entero, en lo que a su ancho se refiere. En su alto ya depende del tipo de sujetador que llevemos, si es más o menos escotado, a gustos. ¿Y qué es todo? Pues todo es todo el tejido mamario, que debería estar rodeado por los aros.
– El tejido mamario nace debajo de la axila, más o menos a mitad de nuestra axila. Y hasta ahí debería llegar nuestro aro. Es decir, que si estamos con los brazos bajados, no deberíamos ver el final del aro. Esto es, obviamente, una referencia, al final cada persona es un mundo, pero es importante saber que el tejido mamario no termina al lado de nuestro brazo si no debajo. En mi caso que no tengo el pecho nada firme, a golpe de vista es difícil saber dónde termina, pero os doy un truquito por si tenéis curiosidad: apretaros el pecho con la mano contra las costillas y se extenderá hacia los lados, así veréis hasta dónde se extiende el tejido. También es importante saber que este tejido “migra” con bastante facilidad, por lo que tras muchos años llevando sujetadores que nos oprimen por donde no deben, podemos tener grasa del pecho repartida por sitios a los que no pertenece, como por ejemplo las axilas. El típico michelín de debajo de la axila muchas veces es tejido mamario que subió hacia ahí tras ser apretado por el aro o la copa. Por eso, también es muy normal que cuando empiezas a llevar sujetadores de tu talla, al cabo de un tiempo aumentas una talla de copa, porque toda la grasa que estaba repartida por la zona de la axila vuelve a su sitio en el pecho propiamente dicho. A mi me pasaron ambas cosas, me menguó mucho el michelín de la axila y tuve que cambiar de talla de copa al año más o menos de empezar a llevar mi talla correcta.
– La copa nunca nos debe cortar el pecho por la parte interior o superior. Esta es otra de esas cosas (junto con las bandas que suben hacia la espalda) que son más fáciles de ver aún con ropa puesta, y que poro desgracia se ven muchísimo por ahí. Los anglosajones lo llaman el “efecto 4 tetas”. Sabéis de lo que hablo, ¿no?. La copa tiene que dejarnos el pecho liso. Si nos corta y nos hace “michelín” o “4 tetas” en la parte superior, es que nos queda pequeña.
– Por otra parte, aunque esto suele ser menos común, tampoco nos tiene que quedar grande. El tejido de la copa no nos puede hacer arrugas, huecos, ni sobrarnos.
– Lo mismo que nos pasa con la parte superior, nos pasa con el lateral. El pecho no se nos puede salir por fuera del tejido del sujetador o por fuera de los aros en la zona de la axila.
4. LA ENTRECOPA
La gran desconocida. Cuando hablo de entrecopa me refiero a la parte de tejido que va entre los dos aros. No sé cuál es su nombre correcto en español, los anglosajones lo llaman “central gore” o “central panel”. Este pequeño trozo de tejido es clave para determinar si las copas de nuestro sujetador de nuestra talla o no. La entrecopa siempre tiene que quedar pegada al esternón. Y cuando digo pegada, es pegada, no flotando en el aire ni con nuestros pechos por el medio. Al mismo tiempo los aros de nuestros sujetador deben de estar siempre apoyados sobre nuestras costillas, desde la axila hasta el esternón. Si nos quedan levantados en el aire en la zona de la entrecopa o apoyados sobre nuestro pecho, es que la copa nos queda pequeña. Y nunca debemos dejar que los aros se apoyen sobre nuestro tejido mamario porque es dañino para él.
Y esto es todo. ¿Cuántos de estos puntos cumple el sujetador que llevas puesto ahora mismo? El mío todos, pero os puedo asegurar que hace años llevaba sujetadores que no cumplían ninguno de ellos. Ahora vivo obsesionada con los sujetadores ajenos. Me paso el día analizando los sujetadores que veo por la calle o por la tele, y la triste realidad es que es muy difícil encontrar uno que esté bien tallado. En los propios anuncios de lencería las modelos llevan sujetadores mal tallados, es terrible. En el próximo post, como ya dije, intentaré poneros unas fotos de lo correcto y lo incorrecto y si puedo las sacaré de webs y catálogos de ropa interior, para que veáis que ni las propias marcas sabe cómo tienen que quedar un sujetador.
¡Un saludo a todas!